martes, 19 de mayo de 2009

Simon Bisley

Efectivamente, algunos ya lo habréis adivinado, el dibujo correspondía al magnífico Simon Bisley.
Este dibujante ingles fue mayormente conocido en nuestra península a raíz de la publicación del bestial personaje de la DC Lobo. Su primera miniserie impacto tanto por su delirante guión como sus dibujos exagerados. Un muscoloso karziano -¿se escribía así?- hacía así su aparición como personaje principal en su propia miniserie. Fue todo un puntazo para la época.
Aún dudo cual fue mejor. Si la primera o la segunda miniserie (ambas de cuatro números).
Después tuvo dos o tres miniseries más (aparte de su propia serie regular) que pese a ser los mismos guionistas adolecían de la falta de este magnífico dibujante.
Un ilustrador que rellenaba las viñetas con detalles cómicos a la altura de la naturaleza de los guiones. Al principio he de admitir que sus dibujos me dejaban frío e incluso consternado. Pero poco a poco empiezas a apreciar sus detalles y acabas enamorado de él. Aún así estoy convencido que este hombre dibuja más músculos que los que existen en un ser humano.

Siendo joven esperaba el regreso del Lobo que más me gustaba y por fin apareció el especial Navidad. Una portada estupenda auguraba lo mejor de su interior. Os la reproduzco porque no tiene pérdida.
Después poco más se supo de este magnífico dibujante.
Realizó un tomo prestigio de Batman-Juez Dreed, que por supuesto tardó poco en caer en mis manos.
Realizó una especie de conan llamado Slaine -recordemos que aquí se publicó en tres álbumnes, para luego ser reeditado en un tomo único.- que para algunos sigue siendo su mejor obra. Personalmente creo que es como si metiéramos a Lobo con Conan en una batidora y a ver que sale. La mezcla resultó buena, creo.

Luego se dejó ver en varias portadas, por mi pais, casi todas pertenecientes a su trabajo en la revista Heavy Metal. Todas sin desperdicio. He de admitir que su pequeño aporte a la película Heavy Metal 2 -ó 2000, no me acuerdo bien como se llama- fue lo que me incitó a verla.
Y ya no supe nada más de él -a excepción de alguna que otra portada suelta o ilustración perdida-, hasta localizar en una tienda especializada de mi localidad un estupendo libro de ilustraciones del susodicho.
No es que yo sea muy católico pero la biblia de Simon Bisley era algo que no me podía perder.
Espero que pronto algo parecido caiga en mis manos y poder disfrutar de tan magnífico ilustrador.



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