No lo confesaré publicamente pero tenía ciertas ganas por ver esta película. Ganas que eran alimentadas por ser la última película de David Finch -a mi Brad Pitt no me llama mucho-. Si no recuerdo mal su última película era la habitación del pánico. Que todavía recuerdo con gran placer.
Sabía de su larga duracción la cual era el mayor motivo por el que no la había visto hasta ahora. Y es que tratar la vida de alguien -por muy "curiosa" que sea- durante dos horas largas o se hace de una manera muy, pero muy, entretenida o se transforma en un coñazo insufrible.
Y para mi opinión de eso peca esta película. Se me hizo eterna. Excepto momentos puntuales del film la trama discurre de una manera sosa y lenta que apenas captaba mi interes. Dos momentos a reseñar en la película sería el accidente en París y el pasaje en Rusia hasta el final de la segunda guerra mundial.
Es de destacar la actuación de Brad Pitt, excelente, que lleva el peso de toda la película aunque siempre muy bien apoyado por un elenco de actores secundarios que le dan la réplica más de una vez. A veces superando al actor principal.
El guión no es que sea flojo sino que está hecho en plan culebrón. Quiero decir, que si nos olvidamos que estamos viendo una película de cine y nos lo diseccionan en capítulos tampoco se diferenciaría mucho a esas miniseries de lujo que nos han acostumbrado ultimamente. Y quizás así hubiera sido más llevadera.
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