jueves, 29 de abril de 2010

Vuelta al gim

Ahora sí.

Como si de un adolescente que retoma el camino al instituto me siento cuasi emocionado por volver a esa sala repleta de pesas, bicicletas, cintas y aparatos de tortura varios. No sé porque pero ahora me apetece más que los últimos meses. Quizás sea por el abultado tamaño que empieza a adoptar mi querida barriga; o quizás por que ella viene conmigo a sudar en el gimnasio -no seáis mal pensados-.
De hecho si no fuera por ella creo que no habría vuelto porque, sinceramente, ir al gimnasio solo es el mayor coñazo que puedas pensar. Y eso que mi mujer no entra conmigo a la sala de aparatos pero su presencia siempre es reconfortante.
A ver si esta iniciativa dura hasta al menos final de año.

No hay comentarios: