viernes, 28 de enero de 2011

Adios Audrey, adios.

Hoy ha salido el día tristón. Lluvioso y frío; más parece un apagado día de otoño que un helado día de invierno. Y hoy es otoño en mi hogar. Es un día triste porque aquello que tanto nos preocupaba al final no ha podido ser.
Resulta que casi siempre la decisión más acertada es la más dura. Esto suele venir seguido con que dicha decisión solemos arrastrar tomarla hasta que ya es tarde. Eso, por el bien de todos, no podía ocurrir.
Por motivos que no voy a contar se ha decidido devolver a la perra. Ese chucho de negro pelaje que tanto nos "animaba" los días -y las noches, recordémoslo- ha sido devuelto para un futuro mejor; tanto para ella como para nosotros. No descarto que algún día la descubramos como perro lazarillo y se nos caiga la lágrima entre la sonrisa.
Yo personalmente estoy triste. Ese animal que jamás quise que entrara en casa se ha llevado parte de mí -muy pequeña, por cierto- y ahora miro la cocina, o mis pies, echándola a faltar. Demonios, incluso miro si se a orinado en el pasillo -aunque ella ya no está-. Pero la peor parte se la lleva mi esposa. Pues a ella sí que le hacía ilusión tener al animal. Sólo puedo imaginar lo que ella siente pero seguro que es más que yo.
Así que adiós. No más Audrey. Se fue, finito.Fin.