SW El poder de la fuerza 2 VS Clive Barker´s Jericho

LucasArts versus MercurySteam

Hace un tiempo (más o menos un año) que puse un trailer de SW...2 aquí y cuando me lo «dejaron» no pude resistir el echarle un vistazo rápido. No os voy a engañar; el juegecito está bien si no eres amante de grandes pretensiones y sólo pretendes pasar un ratito ameno -a veces se agradece-. Pero si, como yo, estás acostumbrado a juegazos con mucha más miga y más largos, del estilo de los de Rol por ejemplo, este pasatiempo se te queda pobre y pronto lo desecharás. Es éste pues un juego relativamente corto que dicen por ahí que en cuatro o cinco te lo acabas. Ni de coña vamos. Pero en diez sí. Como casi todos los de acción-plataformas. Además el juego viene trufado de escenas de esas que nos gusta ver de vez en cuando para regodearnos en nuestros logros -lástima que yo no puedo ver ninguna por no sé qué problema-.

Al otro lado del ring tenemos Jericho de Clive Barker. Creado por un estudio español cuya aportación del famoso escritor de terror fue añadida de mitad hacia el final de su desarrollo -así que vete tú a saber que aportación debió ser-. Un juego ambientado en el mundo actual dentro del submundo de lo terrorífico en donde un comando especial tiene que impedir que todo lo que conocemos se vaya al garete por el malo de turno. Zombies y bichos feos, y más bichos feos nos atacan por doquier convirtiendo este juego en un juego de acción masacra todo lo que se mueva. Pero con un guión mucho más interesante que el SW incluidos saltos en el tiempo.

 

Coño, me he perdido. Pero que chulos mis sables ¿eh?

La acción en ambos es similar: corre, mata, corre, mata, mata, mata, mata, vuelve a matar, aprieta las teclas -botones si usas consola- que indica para salir del apuro, mata, mata, corre. Digo similar porque hay dos diferencias; en SW puedes saltar de un sitio a otro -de ahí lo de plataformas- y únicamente usamos los sables laser -que para fans como yo es una gozadica-. En Jericho vamos pegados al suelo mientras repartimos tiros a diestro y siniestro -lo cual fastidia bastante si estas acostumbrado a juegos tipo deathmach, o quake de toda la vida- pero por contra manejamos un grupo en el que cada componente lleva un arma distinta y dos poderes diferentes. Lo cual aumenta las posibilidades a algo más de un típico matamata -sólo algo-.

Esta puede relentizar el tiempo.

Desgraciadamente la IA de tus compañeros en Jericho es inestable e igual te ayudan de forma efectiva como se quedan tontos mirando un muro mientras están ardiendo en los pozos del infierno. Y no tienes tiempo de manejar a todos para salvarlos. Por que eso sí, no mueres hasta que mueren todos pudiendo resucitar a los tuyos. Una herramienta bastante acertada que te aseguro vas a estar usando continuamente.

Es que Jericho es muy difícil -por lo menos para mí-. En lugar de los niveles de dificultad fácil, medio y difícil tenían que haber puesto difícil, jodido e imposible (o esto es un puto infierno). Se excusan que a mitad de acción puedes cambiar el nivel de dificultad pero da igual, sigue siendo jodido de narices a veces. A eso súmale el hecho de que tienes que acostumbrarte al continuo cambio de personaje. Al contrario de SW que cuando te aprendes dos o tres ataques con los sables láser la cosa va rodada y el único problema es acabar a tiempo para comer. Quisiera aprovechar esta comparativa para reseñar un problema que viene lastrando la industria del videojuego patria desde los tiempos del spectrum. ¿Por que hacen los juegos tan difíciles? Recuerdo en tiempos de Dinamic ya decía Lord British (el creador de la saga Ultima) que nuestros juegos eran muy buenos pero perdían enteros en la jugabilidad. Menos mal que Péndulo Estudios no hace lo mismo.

La interacción con el escenario es en ambos igual, nula. Sólo en aquellos puntos que el guión precisa (abrir puertas, derribar muros) y con algún breve enigma que resolver -por aquello de echarle sal al cocido-. Al menos el español tiene la ventaja del aliciente de como llevas un equipo sólo uno de sus componentes podrá activar o realizar tal tarea que te permita continuar al siguiente sitio en donde masacrar bichos. Ventaja que a la vez es un inconveniente, ven que te explico: A ratos te quedas quieto buscando por dónde o cómo seguir hasta que en los diálogos de nuestros compañeros escuchamos como nombran a uno del equipo del estilo de «¡John mueve tu culo que no tenemos todo el día!». Vale, ya sabemos que el John ese es el que tenemos que activar para hacer algo pero... ¡la ostia! Si resulta que ese John no aparece entre los que puedo seleccionar -y tengo a todos los posibles-. Toma del frasco, que resulta que si en los diálogos se menciona al personaje por el nombre en las opciones aparece por el apodo o apellido, y viceversa. No en todos, creo que con Cole coinciden. Pero ¿veís el problemilla?

Gráficamente dicen que el de Lucasart es mejor. Bien, no lo negaré -aunque permitirme dudarlo-, pero el de los españoles luce más. El ambiente de SW es demasiado... limpio, a fuerza de no encontrar una palabra mejor. Por muy buenos que sean esos gráficos no lucen nada. Sin embargo los fantásticos juegos de luces y efectos desplegados en el juego patrio asombran que no veas. Quizás sea gracias a esa estupenda ambientación gótica-moderna del juego, a esos claro-oscuros impresionantes que realzan el aspecto gráfico. Además los zombies lucen extremadamente bien y los personajes son simplemente asombrosos.

En definitiva si te gusta los juegos con más miga Jericho es tu juego pero si te van los juegos más simplones te decantarás sin duda por Star Wars el Poder de la Fuerza 2.

Sólo como nota final, independientemente del ganador de este disputado duelo. ¿Cómo es que nuestros chicos no han decidido seguir explotando el jugo de lo creado para este juego? Con toda esa ambientación, lo atractivo de la historia, pienso que deberían aprovechar a estos GI Joe sobrenaturales porque podrían reportarles más beneficios. Al otro lado del charco han explotado inventos con menos bagaje -si hasta van a hacer una película de hundir la flota-. Vamos, que se me hace la boca agua al imaginar una película sobre el juego.