martes, 2 de agosto de 2011

Geralt de Rivia, el brujo. (novela)


De vuelta de vacaciones retomamos el blog con post pendientes que pondré otros días. Si algo ha servido este periodo de relax -a parte de disfrutar con mi mujer de su bien merecido descanso- es para haber terminado de leer ¡POR FIN! la saga del brujo Geralt de Rivia.



Recuerdo que la primera vez que leí algo del señor Andrzej Sapkowski fue en una revista de relatos en donde se publicaba uno de los del primer libro. Es curioso porque así como el primer libro está diseñado a base de relatos más o menos breves, con cierta interconexión entre ellos, el resto de los libros -hasta llegar al séptimo y último- ya son construídos como una saga aunque relatados cada uno de forma diferente.
No nos engañemos. Aunque nos encontramos ante un personaje famoso -y por ende una saga famosa- no se tratan de libros de fácil lectura. Sorprende el autor con una prosa extraña, agil aunque liante. Liante por la multitud de datos que nos ofrece y también por el gusto del autor por desmadejar la historia en varias líneas temporales distintas -tantas que a veces pierdes el hilo-. Si bien, como ya dije al principio, la estructura del primer libro lo hace de fácil lectura -si te acostumbras (cosa facil) a su característica prosa- ya al llegar al segundo debemos tener cuidado para agarrar el hilo conductor y no salirnos de la trama principal. Si además te pasa como a mí que entre novela y novela igual pasan meses no te extrañe empezar el siguiente libro y pensar que te has perdido algo entre el último y el actual.
Y es que al autor le gusta jugar con todos los artificios literarios a su alcance, pero también con el lector. Esto por definición no es malo, pero despista un huevo. Sobre todo en el último número que en España han tenido a bien dividirlo en dos volúmenes. Quisiera resaltar que en el primer capítulo del segundo volumen de este séptimo libro (La Dama del Lago vol.2) me he encontrado con el mejor relato de una batalla que he leído nunca.



El señor Sapkowski se inventa un mundo nuevo con muchos reflejos del medievo original -la aparición de Lancelot es bastante sorprendente- en el que mezcla leyendas y mitos para trastocar lo conocido y darle un vuelta de tuerca más ofreciéndonos un universo cautivador. Tomemos por ejemplo el propio Geralt. A estas alturas ya todos sabemos que es un brujo. Pero un brujo en ese mundo se trata de un mutante -sí, mutante- que entrenado en la fortaleza de los brujos se ha preparado para cazar monstruos a golpe de espada, hechizos, pociones, siempre en busca de la recompensa más jugosa. Los elfos -también los hay- poseen cualidades de las más clásicas mancilladas por la perversa imaginación del autor. Los humanos... no, aquí son como siempre, malos y buenos. Por supuesto tampoco faltarán los enanos y sus diferencias con los humanos. Los magos y magas. Reyes, conspiradores, todos los ingredientes fantásticos para hacer un coctel extremadamente cautivador.

En resumidas cuentas una obra literaria que aunque necesitemos acostumbrar un poco el paladar al final nos sorprenderá gratamente. No es de extrañar que en su país exista una serie y una película sobre Geralt. Esto sin olvidar los excelente videojuegos de rol, pero eso ya es otra historia.


 

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