viernes, 9 de diciembre de 2011

Pastillas de cine: Hop, Cavernas malditas, Zombis Nazis


Ahí van unas pastillicas de información que así en formato cápsulas parece ser más digerible.
Hop.

Película infantil donde las haya para exprimir la paciencia de los padres, simples conparsas de los ilusionados infantes, y la ignorancia de los chavales. Y de paso sus carteras. Película que mezcla la animación moderna -lease por ordenador- con actores de carne y hueso usando como excusa la mitología del Conejo de Pascua. Algo que a este lado del charco nos la trae floja que en aquel inmeso pais debe de ser como Papa Noel.
Lo mejor que tiene es todo el mundo que crean alrededor de los susodichos conejos -y la división Boinas Rosas- lo peor... el resto. Guión tonto, actores tontos, director simplón -cuyo único acierto es en el mundo imaginario de Pascua-. Para ver y olvidar. Lo mejor las voces de los Morancos en el doblaje, y eso que odio ese duo cómico.
Desconozco si la película fue un éxito en algún lado pero mucho han de pagar a algunos actores para aparecer en películas como estas.
Por cierto, para el que le interese, al final de todos los créditos finales hay una escena de unos 20 segundos.


Cavernas Fantasmas.

Título confuso para designar a una película que recordaba con nostalgia. Pero el tiempo no pasa en valde y a esta ha sido como una apisonadora. Con un inicio que pretende ser emocionante pero que se queda en ridículo nos cuentan que el ejercito -de no sé qué país- necesita localizar una caverna para poner una señal de radio que guiará a los submarinos (sic). Yo también alucino. Hasta aquí la excusa para meternos en una caverna inexplorada en la que nos encontramos unos "fantasmas" que van a complicar la existencia del grupito explorador.
La película se queda en un quiero y no puedo. Mientras la estás viendo te continuamente la impresión de que se podía haber hecho algo más con lo que te ofrece y al final acabas preguntándote "¿eso es todo?"
De hecho el material con el que cuenta esta película podría dar mucho más de sí. Ya sólo con la idea de base se podía haber hecho una buena película de terror. Seguramente sirvió de idea para los lumbreras que hicieron La Caverna Maldita o The Descent.
Recuerdo que fue mi mano la que la eligió la primera vez en el videoclub atraído por una carátula prometedora de emociones fuertes. Je jeje, mejor reir que llorar porque después de ver a esos tipos cachas en el dibujo verlos andar por el celuloide da penita pena. Os dejo una imagen para que juzgueis.
Sólo para curiosos.



Clavaditos al dibujo, ¿verdad?


Zombies Nazis.

Título original, por lo menos, que ya nos indica que bazofia nos vamos a tragar. Creo que con esto ya he dejado clara mi postura ante semejante despropósito. No es que la película no esté exenta de ideas acertadas -incluyendo la idea original de todo un batallón de soldados nazis de la Segunda Guerra Mundial dando por saco en las montañas nevadas- pero la película navega entre incoherencias del guión, estupideces de los protagonistas, ambivalencia de géneros que no sabes al final si estás viendo una película de género o un desmadre a lo Troma. Y es que para mí, aunque las películas parodien a otras, tiene que haber cierta coherencia entre las acciones y actos de los personajes con lo que acontece en la pantalla. No es de recibo que rodeados de soldaditos zombies se pongan a mirarse entre sí eternamente a la espera de que le ataquen por la espalda. O que de repente nieve y al segundo después luzca el Sol para luego volver a nevar al instante; y encima uno de ellos le dice a sus amigos que no tienen más que seguir las huellas de la moto ¡jódete y baila!
Curioso el detalle del friki que lleva una camiseta de Briandead anticipándonos al torrente de hemoglobina que vamos a presenciar -sobre todo con él-.



Para verla sólo si eres un fan absoluto de todas las tonterías de zombies que se hallan rodado, o que te guste el cine gore más absoluto y desenfrenado. Aunque la imagen de estos soldados sobre la blanca nieve -sobre todo el Capitán ( o Mayor, o lo que sea )- tiene un atractivo escénico indudable. Para los curiosos del tema zombie aclararé que aquí los zombies no son esos tipos torpes sin cerebro, si no todo lo contrario.

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