Amanece que no es poco.
Y ya es decir, porque con estos vampiros-farolas lo más divertido de todo es ver como durante la boda no sale el astro rey para hacerlos brillar -puta casualidad, ¿eh?-. Lo mejor de esta película es verla con cierto sentido del humor porque, pese a estar bien dirigida, el guión tiene fallos y giros increibles que o te los tomas a broma o no tragas. Durante todo el metraje no paras de preguntarte si el padre es tonto o qué le pasa. La cara sota de ella parece competir por el semblante extreñido perenne de él. Supongo que ya sabéis de que dos hablo, ¿verdad?
Lo más curioso es que durante toda la película notas cortes en la historia, agujeros que supones creados para no alargar demasiado la duración de la cinta ¡de un libro que han tenido que hacer dos partes! Es para alucinar. Se nota que la Meyer (la autora) estaba inspirada. Al menos han dejado escenas curiosas y divertidas como la primera vez que follan hacen el amor la parejita casta esta.
Algo que también escama bastante es el hecho de que el jefe de la manada lupina la mitad de la película esta por evitar que se ataquen a los vampiros y luego, de repente, con un motivo estúpido y para nada lógico, decide que hay que matar a Bela y su retoño no nato.
Una película seria sólo para forofos de los vampiros purpurina y divertida y graciosa para aquellos que todavía recuerdan lo que es un vampiro.
Yo personalmente hubiera agradecido una masacre en la boda, o algo parecido.
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