miércoles, 3 de abril de 2013

El hombre de los puños de hierro


Ayer tuve la mala suerte de encontrarme con esta película que picó mi curiosidad. La mala suerte es porque este film demuestra aquello que para hacer arte bien no basta con copiar a tus congéneres que te rodean sino también tener algo de "arte" para crear calidad.

No nos llevemos a engaño. Como director maneja la cámara un tal RZA -con ese nombre yanqui tenía que ser- que piensa que con mirar a sus colegas Tarantino y Roth se le debe pegar algo de su arte. Por que lo suyo es delito. Tan malo que algunas de las tomas más impresionantes optas por pensar que son fruto de la casualidad. No sólo intenta emular a Tarantino en sus peleas de artes marciales sino que encima riza el rizo (RZA, por aquí vendrá el nombre) con una banda sonora rapera en la china feudal. Para flipar tú. Original al menos sí que es.
Sin embargo el guión es demasiado pesado. Adolece de tiempos muertos pretenciosamente transcendentales y/o románticos pero que sobran del todo, o casi todo. Un guión pastiche de otros cientos orientales e incluso más cercanos a nosotros con situaciones que rozan lo absurdo o irracional. Una historia creada para lucimiento del mismo RZA. Lo malo es que a este pobre ¿actor? no le ha salido bien la jugada.


Como actores sin embargo los mejor parados son nuestro gladiador favorito Russell Crowe -que se olvida de cualquier atisbo de seriedad para afrontar esta película por lo que es- y Lucy Liu -que casi repite papel de Kill Bill. Casi, sólo casi-.


Creo que con los escrito ya os hacéis una idea de lo que vais a encontrar. Muchas peleas (no por ello buenas) con un endeble guión para hilvanarlas a todas e introducir con calzador los famosos puños de hierro.
De hecho lo más relevante del film fue la campaña de promoción de la que, como ejemplo, os dejo los diversos carteles creados a tal efecto.

En resumen: Para ver y olvidar, si la consigues terminar.









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