domingo, 12 de marzo de 2017

Kong, la Isla Calavera

El rey Kong ha vuelto, larga vida al rey.




Comenzaré admitiendo que tenía ganas de ver esta película -os basta con ver la cabecera de este blog para haceros una idea-. Tenía ganas de ver una película de monstruos gigantes que destrozan cosas y gente y sobre todo si este monstruo era el rey Kong y sobre todo si la película no era la misma historia de siempre, no era un remake de la arto conocido enamoramiento del mono y la bella que acaba en tragedia.

Porque esa es una de las partes buenas de esta película. Y lo explicaré comedidamente para no poner spoilers dada la cercanía de su estreno:
No nos encontramos con un grupo de gente que va tras una isla pérdida en busca de una leyenda -bueno, sí, pero no-. No nos encontramos con la sorpresa de un mono gigante que se encariña de una guapa mujer -bueno, sí, pero no-. No nos encontramos con el loco que va tras la caza del mono más grande del mundo -bueno, sí, pero no-. ¡Demonios! No es esta la historia de un rescate de la chica. En absoluto. Dicho lo anteriormente expuesto os puedo asegurar que no es la misma película de siempre. Menos mal, pues estaba muy reciente la -para mí fantástica- versión de Peter Jackson. 



Lo que tenemos entre manos en términos empresariales es el segundo comienzo -o segunda parte- de lo que promete ser una golosa franquicia cinematográfica si continua por el excelente camino. La primera parte fue la última película de Godzilla (del 2014) que tras la que tenemos entre manos asistiremos a la confrontación entre Godzilla y King Kong en... cuando sea. Una tercera parte que vistas las dos primeras ya tengo ganas de ver. Visto lo visto tardarán otros tres años, así que calculo que la podemos esperar para el 2020.

Creo que es un fanmade pero da una idea del objetivo final de la franquicia.


Yendo al grano la película arranca con un prólogo muy bien conseguido que, sin ser del todo necesario, nos deja un buen sabor de boca para saltar a unos títulos de crédito iniciales muy bien conseguidos que siguen el mismo estilo que los de Godzilla de 2014 pero que recuerdan más a los de Godzilla de 1998. Al terminar estos nos dejan en 1974, final de la Guerra de Vietnam (sí chicos, EEUU luchó en Vietnam y también perdió), cuando dos ejecutivos de Monarch (la misma compañía que aparece en Godzilla) piden ayuda a un senador para ir a la Isla Calavera. Por supuesto estos no son tontos y también solicitan apoyo militar. Después de todo la guerra ha acabado y hay mucho soldadito desocupado. Si el prólogo era bueno -sin ser necesario, repito- los siguientes treinta minutos de presentación, situación y explicación no hacen decaer el ritmo de película sino que la ponen más interesante. El resto para evitar spoilers os lo dejaré a vuestra imaginación. Solo diré que seguramente habréis leído que recuerda o está parcialmente inspirada en Apocalipsis Now; cierto, pero no es por las maravillosas imágenes de los helicópteros en movimiento frente a un Sol amarillo rojizo. Ni por el barco que navega por el río rodeado de esa bella estampa que son los bosques vietnamitas -o los que sean esta vez-.

La historia esta muy bien estudiada dando pie a aquello que podrá ser extendido en entregas posteriores. Enlazando las dos películas y creando una trama verosimil y sin -aparentes- fisuras para crear una película entretenida, muy entretenida, en la que abundan guiños a las películas anteriores del rey Kong. Son dos horas, sí. Pero son dos horas que pasan como un suspiro. En las que nadie hace ninguna estupidez que justifique diez minutos más de guión -mal que aquejan muchas películas recientes en su avidez por alargar el metraje- y todo esta meditado para que el ritmo no decaiga. 
Quizás haya un sector del público más infantil que no sea el indicado para verla. Aunque os confesaré que en la fila tras de mí estaba lleno de esos bichos humanos de entre 7 y 13 años que disfrutaron a tope.

La fotografía, las imágenes, son cautivadores y aprovechan a la perfección el maravilloso paisaje que nos ofrece el marco paradisíaco en el que se enclava la historia. La banda sonora es espectacular, emotiva e impactante. Disfrutable tanto dentro como fuera de la película. De hecho yo la estoy escuchando ahora y podéis encontrarla aquí.
La dirección es casi perfecta. Aprovechando el encuadre más acertado en cada momento, resaltando lo mejor de cada actor, cada escena y momento. Alardeando de espectacularidad cuando hay que hacerlo y mostrando intimismo en esos breves momentos de introspección que nos ofrecen. Hubiera sido fácil cumplir con el encargo y cobrar el talón. Pero se nota que el director se ha estudiado cada página del guión para poder ofrecernos lo mejor en cada momento. Sin desaprovechar ningún céntimo de lo invertido para hacer una buena película de aventuras. Porque de eso se trata, de una película de aventuras. No esperéis una película filosófica homérica de las narices. Algo de eso hay, sí. Pero es solo el lazo que adorna el regalo. El paquete es una película de entretenimiento muy bien hecha. Ya les gustaría al canal SyFy tener guiones tan solidos en sus películas -lo del presupuesto en cosa de otro cantar-.

Y si hablamos de presupuesto debemos hablar pues de los actores y los efectos especiales. Estos últimos han sido geniales. No tengo palabras para describir lo poco que se notan -lo que hacen que sean maravillosos- y lo bien que quedan en pantalla. Hoy en día todo se hace por ordenador -o casi todo- y lo difícil es hacer que un mono gigantesco del tamaño de una montaña -o un rascacielos- nos parezca real pese a que sepamos que no lo es. De hecho él, y el resto de los animales "raros" están perfectos en pantalla. Perfectamente enclavados en esos escenarios falsos mezclados con los elementos reales de forma perfecta. Y aquí no nos encontramos con el truco de la lluvia para evitar mostrar imperfecciones. Cuando dejamos de saber lo que es real o no en pantalla es cuando los sfx son buenos.
Los actores no sé cuanto se habrán quedado del presupuesto pero el trío compuesto por Samuel L. Jackson, Tom Hiddleston y una adelgazado John Goodman tiene una presencia de peso innegable. Solo la presencia de John Goodman al principio del metraje ya domina al resto, pero cuando los otros dos hacen acto de presencia el carisma de cada uno de ellos nos inunda.



Después de leer esto podéis pensar que la película es perfecta y que no tiene fallos. Por supuesto que los tiene. Detalles fallidos que sin embargo no hacen menoscabo de sus aciertos. Por ejemplo: en el barco no aparecen tantos helicópteros como luego cabalgan por las nubes (podrían justificarlos de alguna forma, ¿o quizás yo no conté bien?) Kong a ratos parece ser tan grande como un edificio de mil plantas y luego de solo 100 plantas. Quizás sea impresión mía pero me parece que por el tramo final el mono a sufrido un 'encogimiento'. Que la pólvora del arma del barco, un antiguo avión de la segunda guerra mundial y la propia arma todavía funcione bien tras tanto tiempo sin usar -me da a mí que eso así no pasaría-. Y hay más que no cuento para no hacer spoilers y otros que ahora no se me ocurren. Sin embargo estos no estropean la película.

En resumen: una muy buena película de aventuras para ver en el cine, cuando más grande la pantalla mejor.

Lo mejor: Un guión solido con una buena dirección.
Lo peor: que solo dure dos horas. 

Como es habitual a continuación os dejo algunos de los trailers que nos fueron mostrados en un muy bien planificada campaña de marketing. No os perdáis el último en 360º.







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