sábado, 28 de abril de 2018

7.2 El Errante: las bestias de la guerra. -Apresados / primera baja

La magia les ha dado velocidad y en una fuga eso es primordial. Tanto como estar en constante estado de alerta. Pues de lo contrario todo se puede perder en un segundo. 
En donde la sangre tiñe la hierba y las esperanzas se pierden.



Nadie la oyó pero la flecha surcó el cielo clavándose en la nuca de Jhiral para salir por su boca. El cadáver cayó sordamente sobre la hierba.
Siete sombras se arrastraron por la loma rodeando a los durmientes.
–¡Nos atacan! –Gritó Ermis desenfundando su arma.
Una de las sombras saltó sobre él. Ermis apenas pudo levantar su espada para que atravesara al asaltante por su propio peso. El cadáver cayó ruidosamente sobre él lanzándolo al suelo.
Sólo entonces se percató Ermis de lo agotado que estaba viéndose incapaz de apartar el cuerpo que le aprisionaba. Desesperado buscó ayuda a su alrededor: Thomas había conseguido cercenar el cuello de un enemigo pero otro asaltante le desarmó con facilidad. Las fuerzas de Shárika también estaban bajo mínimos obligándole a dibujar torpes mandobles que apenas impidieron que fuera reducida. El mago –el único que parecía defenderse aceptablemente– protegía con su cuerpo a Saera al tiempo que fundía la piel de su enemigo con un hechizo.
En lo alto del montículo, junto al recién caído Jhiral, una oronda figura observaba la escena. Junto a ella otro asaltante lanzó unas boleadoras alcanzando a Sebral, el cual se derrumbó sin sentido
La gorda figura irrumpió en carcajadas.
Uno de los asaltantes, que respondía al nombre de Blascar y con una fea cicatriz en lado izquierdo del rostro, agarró a la princesa de la cintura.
Ésta le mordió, pateó y gritó.
Blascar la silenció noqueándola con un golpe de la empuñadura de su arma.
–¡Madrix! –Gritó el arquero esclavista que examinaba el cadáver.
–¿Qué sucede? –Preguntó molesto la oronda figura.
Si bien era cierto que había perdido tres hombres –disminuyendo sus fuerzas en casi un tercio– parecía que las presas merecían el coste: Dos mujeres, un mago y dos musculosos por cuyo lote pagarían buenas sumas en el próximo mercado de esclavos.
Al imaginarse las monedas de oro sus labios sonrieron sin remedio.
–Legionarios, son legionarios–contestó el esclavista con el rostro visiblemente asustado.
Aquella noticia dio al traste con todas sus expectativas de lucro. Se encontraban en la zona este de Xhantia; los legionarios eran la fuerza de paz usada por La Asamblea y por esa zona abundaban más que la mala hierba. No podría venderlos ahí y transportarlos fuera de Xhantia era extremadamente peligroso.
–¡No puede ser! –Gritó.
Pero al observar con sus propios ojos la armadura de cuero debajo de la capa y la ropa de viaje que les había donado el Abad tuvo que rendirse.
–Matadlos, a todos –ordenó apesadumbrado sintiendo físicamente como le robaban las riquezas recién obtenidas.
–De acuerdo.
El arquero se incorporó. Retiró los sucios cabellos de su rostro y apuntó una de sus flechas a Shárika.
–¡Espera! –Ordenó Madrix.
Becar guardó la flecha, inquieto.
–Cambio de planes. Nos los llevamos al Agujero –indicó Madrix con un nuevo brillo en sus codiciosos ojos.
–¿Desde cuándo somos transportistas de ganado?
–Desde que yo doy las órdenes –le retó.

viernes, 27 de abril de 2018

Capitán América 3: Civil War

El día que el capi pasó a la clandestinidad.


Ayer fue el preestreno de la última de Los Vengadores -hoy es el estreno oficial- y como os habréis dado cuenta si habéis visto los trailers que nos han inundado podréis ver que el Capitán favorito de todos no luce igual que las últimas veces. Esto es debido a los conflictivos acontecimentos de su tercera película la cual pasaré a repasar ahora brevemente. Aprovechando la oportunidad que el reciente estreno me brinda.

Si el argumento no se parecía mucho sí que buscaron similitudes en el márketing.


Cuenta Capitán América 3 el conflicto moral, político y a la postre físico entre si Los Vengadores deben o no ser supeditados al control gubernamental. El resto es paja, pura paja. Para tal ocasión utilizan el nombre «Civil War» de una saga famosa en los comics cuya única similitud es que al final acaban dándose hostias todos mientras los malos se sientan a ver el espectáculo. Sin embargo, profundizando en el argumento, este motivo es estúpido, poco sólido y cae por si solo si simplemente lo pensamos un poco:
-Se les acusa del desastre de Los Vengadores 2; ya sabéis, la ciudad esa que vuela y se destruye matando a x miles de habitantes -como si son muchos más, no importa-. No fueron ellos quienes hicieron volar la ciudad ni crearon esa situación; simplemente respondieron para solucionarla. Nadie más posee la experiencia y la capacidad para hacerlo. ¿Qué gobierno pretende supervisar sus actuaciones? Cosa que a la postre sería contraproducente pues se metería la política por medio. ¿A qué especialistas contratarían como supervisores con la experiencia suficiente? A SHIELD no, desde luego. Después de lo de HYDRA sería una fosa política. ¿A los propios Vengadores?
Luego el que más lo defiende indicando que necesitan ese control -no ya para acallar las voces airadas si no porque realmente parece creerlo- es el puto Tony Stark. El cual es el único que realmente necesita que lo controlen. Fue él el que creo a Ultron con el resto del mundo en contra. Casi siempre es el metepatas sin control que necesita continua supervisión. ¿Él dice que Los Vengadores necesitan los tratados para ser "legales"? Es todo una estupidez.
Así pues resulta que si en lugar de poner el temita de que si firmamos o no firmados los tratados pusieramos otro motivo -no sé, cualquier cosa sería mejor- por la que se acaban peleando la película ganaría muchos enteros.
Porque el resto de la película está bastante bien. De hecho se podría haber llamado Los Vengadores 3 y ser igual de válida. La paja que decía antes está muy interesante: el pasado de Soldado de Invierno. La aparición de Pantera Negra. La muerte de los padres de Iron Man. Las peleas. Las persecuciones. Incluso el malo es genial. La dirección es resultona y fans como yo siempre la recordaremos como la primera aparición forzada, no planeada, de Spiderman en el MCU. De hecho en los primeros trailers no aparecía en la mismitas escenas que le metieron luego.

En resumen: si consigues ignorar el estúpido let-motiv del argumento disfrutarás con ella.

Lo mejor: la escena final.
Lo peor: ¿necesito repetirlo?

Una escena muy parecida al final de la película.

miércoles, 25 de abril de 2018

7.1 El Errante: las bestias de la guerra. -Apresados / avituallamiento obligado.

7-Apresados



A medida que avanzaban hacia el este más se veían obligados a desviarse de su camino para evitar desafortunados encuentros. Las poblaciones se sucedían multiplicándose y el tránsito aumentaba dejando claramente patente que la población de Xhantia se agolpaba en este punto del mapa dejando casi despoblada la zona oeste.
Hacia la mitad de la tarde los fugados pudieron contemplar a lo lejos sobre el promontorio más elevado junto a un puente de piedra, la sede de la Legión en Xhantia: Una torre rectangular de seis pisos de altura terminada en un tejado chato de tejas marrones protegida por una muralla a su alrededor.
Por un instante Shárika se sintió tentada de cambiar sus planes y dirigirse hacia ella, pero al ver los suplicantes ojos de Saera pronto desechó la idea.
–Gracias –le dijo Sebral.
–¿Por qué? –Fingió.
–Por decidir seguir con nosotros en lugar de volver con ellos.
–Dije que os acompañaría hasta Lican –dijo a modo de excusa sin saber muy bien porque.
–Muy poca gente cumple lo que dice, ni siquiera los reyes.
Shárika rió.
–Aun así procuro hacerlo.
Cuando el Sol se empezaba a ocultar alcanzaron las afueras de otro poblado. Sebral se acercó a la sargento.
–El hechizo pronto desaparecerá, no creo necesario desviarnos esta vez.
–No me gustaría ser reconocidos.
–No creo que nadie nos pueda reconocer y esta zona está bajo la protección de la Legión. Ningún daño nos puede reportar.
–¿Cuánto tardará el hechizo en desaparecer?
–Unos pocos minutos, cinco o seis.
–¿A alguien le queda dinero? –Preguntó.
–A mí me queda algo –le contestó Thomas mostrando unas cuantas monedas.
–A mí también –añadió Sebral mostrando las suyas.
–Bien. Con las vuestras y las mías podremos cenar y tomar un descanso. Dime Sebral, ¿podrías volver a lanzar el hechizo?
El anciano comprendió los planes de la legionaria y sin razón para oponerse añadió: –Por supuesto.
–Entonces entraremos ahí y buscaremos un lugar en el que nos den de cenar. Luego, después de haber descansado, marcharemos de nuevo. De noche podremos andar por el camino con más facilidad que de día.
–¿Y cuándo pararemos? –Preguntó Thomas.
–Al amanecer.
–La niña no lo aguantará –asentó Thomas.
–¡Sí aguantaré! –Protestó la aludida.
Con ese revés no había contado, y si se paraba a pensarlo era posible que Sebral tampoco pudiera aguantar toda la noche. Shárika se arrodilló frente a la niña.
–¿Es cierto eso? –Le preguntó con el tono más afable que pudo encontrar.
Saera no contestó. Mantenía la cabeza erguida con cara de orgullo herido.
–Yo creo que sí podrás, pero necesito que me lo digas.
–¿Por qué?
–Porque así me quedaré más tranquila. Va a ser una larga caminata y si no me das tu consentimiento no la haremos. Dime, ¿podrás andar toda la noche?
Algo cambió en Saera, quizás fue que la tomaran en serio para tomar la decisión o simplemente que la legionaria la tratara con más amabilidad que la acostumbrada. Sus tripas protestaron.
–Quizás si comemos algo antes.
–Esa es mi niña. –Le dijo frotándole el cabello con su mano izquierda–. Vamos a comer algo, ¿vale?


Tal y como había anunciado el mago el hechizo desapareció cuando empezaron a andar. Fue un brusco frenazo; acostumbrados como estaban a ver pasar el paisaje rápidamente junto a ellos ahora parecían clavados en el camino produciéndoles un profundo desasosiego.
–Calma muchachos –les tranquilizó Sebral–, pronto pasará.
Ermis se reunió con ellos al tiempo que les alcanzaba Jhiral cerca del poblado.
Las casas de madera estaban construidas sobre plataformas elevadas sostenidas por pilares de roca y madera a varios metros sobre el suelo. Escaleras de madera permitían acceder a ellas y pasarelas de cuerdas y tablones las comunicaban entre sí.
–¡Qué raro! –Exclamó Ermis.
–Es por las lluvias. Ésta debe de ser una zona de grandes inundaciones, ¿verdad maestro? –Preguntó la alumna orgullosa.
–Efectivamente. Veo que parte de mis lecciones han servido para algo.
Las casas parecían haber sido construidas sin distribución alguna sobre unas pequeñas lomas pero en el centro del pueblo una casa más grande que las demás; de tres pisos de altura sostenida por múltiples pilares de piedra, con el estandarte de un lobo rojo, presidía una pequeña plaza en donde el mercadillo mataba las últimas ventas.
–Éste debe de ser un sitio de paso obligado. Seguro que ha de haber alguna posada o taberna –dijo Shárika.
–Seguro. Eso espero. –Deseó Thomas. Extrañamente no había protestado en todo el día pero Shárika podía ver como su demacrada cara pedía a gritos un buen plato de carne. Todos tenían hambre pero él parecía ser el que más lo acusaba.
Afortunadamente, al otro lado del poblado, localizaron una gran posada –si bien no era tan grande como la casa de la plaza– donde pudieron cenar sin ningún problema. Sin verse obligados a responder preguntas indiscretas ni ocultarse de inquisitivas miradas.
Agradeciendo a los dioses –y a la posadera– los alimentos el grupo devoró el estofado recién servido.
–No te quedarás con hambre ¿verdad Thomas? –Bromeó Jhiral. Pero el interpelado se encontraba demasiado ocupado comiendo como para responder.
Pagaron religiosamente la cena quedándose arruinados para el resto del viaje.
–Bueno Ermis, a partir de ahora me temo que vamos a depender de tus dotes como cazador si queremos comer algo –anunció Shárika.
–¿De éste? Estamos perdidos, nos moriremos de hambre –bromeó Thomas más alegre ahora que tenía el estómago lleno.
–Sólo tú te morirás de hambre, glotón –le contestó Ermis entre risas.
–Te ha calado, glotón –se añadió Jhiral.
–No sé porque me decís eso. Estoy lleno y he comido lo mismo que vosotros.
–Uno de los misterios de la vida –añadió Shárika.
Todos rieron, incluida la princesa.
Fuera del poblado y lejos de toda mirada indiscreta Sebral repitió el hechizo de velocidad y continuaron el camino.
El plan parecía funcionar y anduvieron toda la noche sin tener que desviarse del camino, con la única compañía de los lobos, que les vigilaban en algunas partes del trayecto. 
Antes de despuntar el alba eligieron para descansar una hondonada junto a un afluente del río Bram. Jhiral haría la primera guardia en lo alto de un pequeño montículo mientras el resto dormía. Se establecieron los siguientes turnos de vigilancia y se dispusieron a dar su merecido descanso a sus cuerpos.

sábado, 21 de abril de 2018

6.11 El Errante: las bestias de la guerra. Ep. 6.11


Cuando el merecido descanso se ve interrumpido. Las noticias vuelan y el más poderoso del lugar reclama al Errante.


Los tres sicarios entraron en la Posada del Cedro Rojo con paso decidido creando un tempo de silencio en la algarabía.
Frente a los ojos de cualquier extranjero no serían más que tres simples rateros que posiblemente entraran en busca de algún cliente potencial pero a esas horas la posada se nutría de los animales de peor calaña de la ciudad y todos reconocían los colgantes con una herradura de plata que marcaban a los visitantes como miembros de la guardia personal de Miklos; el auténtico gobernante de Trípemes.
Haciendo caso omiso a la expectación que su llegada había creado fueron directos a la esclava que servía detrás de la barra.
–Miklos pregunta: ¿Dónde está él? –Le interrogó uno de ellos cogiéndola del cuello.
Ella maldijo su suerte. No quería problemas con Miklos pero tampoco podía defraudar la confianza del hombre que con el paso del tiempo había pasado de amo a amigo. Pero si no decía nada moriría ahí mismo porque nadie saldría en su ayuda. De eso estaba segura.
Balnor se acercó y sujetó el brazo del sicario.
–Está arriba, en la segunda planta, la habitación del fondo.
El sicario soltó a la joven y con rápido gesto se deshizo de Balnor.
–Has hecho bien. Miklos te da las gracias.
«¡Muérete!», pensó el posadero. Por él podrían irse todos al infierno, ellos, Miklos y toda la escoria que poblaba esa ciudad. Sólo le importaba la joven esclava y el durmiente de la habitación al que acababa de traicionar. Sólo esperaba que su traición fuese en vano.
Los sicarios subieron las dos plantas en silencio y con la misma cautela abrieron la puerta de la habitación.
–¿Es qué no es posible dormir en esta maldita ciudad? –Preguntó Vángar de pie, de espaldas a la ventana, con las dos katanas desenfundadas en sus manos.
–Miklos te da saludos, perro. –Dijo uno de ellos mientras los otros dos se separaban formando un semicírculo.
–Teníamos un trato.
–Miklos tiene prisa. Quiere su libro.
–Decirle que le veré mañana. Por ahora el libro es mío.
–Por ahora.


domingo, 1 de abril de 2018

Código abierto

La chica del tatuaje del dragón se convierte en espía.

Desconocía esta película. No sabía ni de su existencia hasta que ha acabado en mis manos. Ni siquiera sé si tuvo algún éxito en las salas o si se llegó a estrenar en el cine siquiera. Admitiré que al ver el reparto y el género al que se atiene la curiosidad pudo conmigo y quizás por eso la he disfrutado tanto.

No diré que es una excelente película de espionaje/acción que pueda equipararse a Jason Bourne. Ni siquiera lo intenta. No estamos hablando del mismo estilo de historia o película. Sí, son espías, y sí, van un poco perdidos en la historia intentando arreglar el entramado de turno y de paso sobrevivir a la ensalada de tiros en las que se ven metidos. Pero ni ella es Jason ni Jason es ella. No nos encontramos con un clon de bajo presupuesto, como alguno apuntó en su día. Cierto es que no nos vamos a topar con una manufactura tan buena como la saga Bourne. Hablamos, claro, de las tres primeras; de la cuarta y quinta... Pero que eso no os impida disfrutar de una película entretenida que, sin ser complicada, nos da aquello que a todos nos gusta en estas cintas de espionaje, contraespionaje y antiterrorismo.

Además nos encontramos con un reparto sorprendente: la protagonista Noomi Rapace (conocida todos por la saga Millenium y cuya carrera no hace más que mejorar), Orlando Bloom (al que la edad hace mella en su élfico rostro), Michael Douglas (que quieras que no siempre llena la pantalla) y John Malkovich (¿de verdad no lo conocéis?). Quizás se eche en falta un poco más de minutos en pantalla del señor Malkovich, pero hay que admitir que serían innecesarios. Por lo menos los cuatro mencionados, bien acompañados de Toni Collette como enlace/jefa (no está claro) del servicio secreto británico, lucen bastante decente en sus papeles. En lo personal diré que me ha sorprendido Orlando.



El director cumple. Tiene detalles buenos pero tampoco es que nos encontremos en una excelente y maravillosa película de acción. Igual aquí sí que se nota el bajo presupuesto. Aunque para asegurar eso deberíamos saber cual es el susodicho presupuesto. De todas formas su forma de presentarnos la película quizás se deba a "medios más limitados". Aún así cumple, lo vuelvo a decir, y no nos hace aburrirnos con una trama que sobre los 60 minutos nada nuevo nos va mostrar.

En resumen: película entretenida para disfrutar sin grandes pretensiones.
Lo mejor: que por fin se nos va quitando la imagen élfica de Orlando Bloom.
Lo peor: que a la hora ya sabemos quién es el malo de la película.